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En defensa del Olivar de Chamartín

ENTREVISTA CON EL DIRECTOR GENERAL DEL LIBRO, ARCHIVOS Y BIBLIOTECAS

Fui convocado el día 18 de julio 2007  por la secretaria del Director General del Libro, Archivos y Bibliotecas a una reunión, que  me proponía celebraramos en el Ministerio de Cultura el día 26 de julio 2007. El mismo día 18 de julio solicité a don Rogelio Blanco, mediante correo electrónico, que me especificara el objeto y tema concreto de la reunión, para acudir a ella con la documentación pertinente.
El Sr.Blanco contestó, en correo electrónico de fecha 19 de julio, que el tema concreto de la reunión sería el del “Archivo Oral del Romancero”.
El jueves 26 de julio 2007 (a las 9´ 30) se celebró la entrevista. En ella, lo primero que el Sr Blanco mencionó fueron unas supuestas peticiones mías a su departamento, reclamando protección para la la Fundación que presido. Ante mi estupor y negación de que yo hubiera escrito sobre tal tema, me presentó, como prueba un dossier que contenía tres documentos:
Documento A: “Política Financiera de la Fundación Ramón Menéndez Pidal” , circular que la Fundación envía a organismos oficiales y privados y a investigadores para homologar las normas de colaboración con ellos y que, por supuesto, no recoge “peticiones de protección” algunas.
Documento B: “Edición del Códice de Vivar del Poema del Cid”, que es un proyecto de edición digital de esta obra que la FRMP está realizando.
Documento C: Documento remitido por “alguien” a una señora desconocida por mí, y que el Sr. Blanco identificó como su Secretaria. El Sr. Blanco hubo de admitir que este documento había sido enviado a su Secretaria a raíz de una entrevista de él mismo, con don Juan Manuel Mingo, en el marco de la Fundación Biblioteca de Literatura Universal(de la que el Sr. Mingo es Vicepresidente y el Sr Blanco, patrono). Como, obviamente, yo no podía dar explicaciones sobre un documento que ni yo ni nadie de la Fundación Ramón Menéndez Pidal había emitido,  el Sr. Blanco optó por no insistir en este malentendido. Sí me hizo notar que don Juan Manuel Mingo era hombre “de un gran poder en España”. Infiero que se refería a su posición directiva en El Corte Inglés.
A continuación, el Sr. Blanco inquirió acerca de la propiedad de los Archivos y Biblioteca que guarda la "Casa Menéndez Pidal", ya que, al parecer, sólo tenía información correcta de que la propiedad de la finca de la c/ Menéndez Pidal, 5  correspondía a la Fundación Ramón Areces. Le aclaré, pues, que:
-Las Bibliotecas pertenecen a la Fundación Ramón Menéndez Pidal.
-Los Archivos Reunidos son propiedad mía, de Diego Catalán: unos, por disposición testamentaria de Ramón Menéndez Pidal, y otros, porque los había creado yo.
El Sr.Blanco, refiriéndose en especial a la "Casa Menéndez Pidal", propiedad de la Fundación Ramón Areces, me manifestó repetidamente que, en el caso de bienes culturales de propiedad privada, las competencias del Ministerio de Cultura consistían sólo en vigilar su conservación, como, por ejemplo,ocurría con las catedrales, propiedad de la Iglesia Católica. A ello contesté que:
La adquisición de la finca Menéndez Pidal, por parte de la Fundación Ramón Areces, tuvo como condición preservar el conjunto arquitectónico y natural, y, además,“velar expresamente por el desarrollo de la actividad investigadora y por la conservación y acrecentamiento tanto de la biblioteca como del fondo documental debidamente catalogado y clasificado”.
Y que, gracias a las gestiones de la Fundación Ramón Menéndez Pidal y al entusiasmo y apoyo ciudadano, se había conseguido que el Ayuntamiento de Madrid (con la aprobación unánime de todos los partidos) concediera a la finca de la calle Menéndez Pidal 5, como parte del "Olivar de Chamartín" y a la "Casa Menéndez Pidal", sede de la Fundación, el grado de protección urbanística máximo.
De todo lo anterior había amplia documentación y era cosa de dominio público. No mé quedó claro por qué era preciso esta entrevista para traerlo a colación.
Respecto al conjunto de Archivos Menéndez Pidal, le informé seguidamente, que,  como ciudadano, como propietario de los mismos y como Presidente de la Fundación  Ramón Menéndez Pidal, intentaba que fuera el Estado Español (en instancias nacional o autonómica) el que promoviera su reconocimiento internacional como Patrimonio Universal. Pero que, si debido a la presión de intereses particulares tales organismos hacían dejación de sus funciones, tenía la determinación de acudir directamente a los organismos internacionales.
Los Archivos, que en 1936 fueron considerados parte del Tesoro Nacional y como tales se acordó su traslado a Ginebra y, como tal tesoro cultural, volvieron a España en 1939, creo que merecen hoy la cualificación de Patrimonio de la Humanidad, no sólo porque, desde los años 40 han venido enriqueciéndose hasta constituir hoy un fondo documental único en el mundo, sino porque todos los que han trabajado y colaborado en él y los que lo hacen hoy día lo han hecho por considerar que la Cultura es un bien inalienable y permanente, de todos.
El Sr.Blanco manifestó su preocupación por el estado de conservación del “Archivo Oral del Romancero” (que visitó en 2004). Este Archivo ya ha sido digitalizado en la Fundación y hoy se puede consultar y reproducir por cualquier lector que lo solicite. El archivo, actualmente llamado “Archivo Sonoro del Romancero Débora Catalán” se inauguró el 12 de Noviembre de 2005 y así se lo comuniqué, en aquella ocasión, al Director del Libro, Archivos y Bibliotecas. El Sr Blanco me planteó la posibilidad de incorporarlo a un proyecto ministerial de archivos orales, con sede en León, ya que estos proyectados archivos apenas contaban con fondos heredados del pasado. Le expliqué detalladamente al Sr. Blanco las líneas científicas de conservación y difusión de este archivo (tal y como las he venido haciendo públicas en distintos medios desde 2005),cuyo objetivo esencial es su conocimiento universal y gratuito y sin las restricciones del "copyright" que actualmente reivindica para sus digitalizaciones el Ministerio de Cultura.
Respecto al monumental “Archivo del Romancero Menéndez Pidal / Goyri” en soporte escrito, el apoyo que el Sr. Blanco me ofreció fue el que ya formuló en 2004, consistente en subvencionar a  las empresas que la Fundación Menéndez Pidal eligiera para que digitalizasen estos fondos. Por mi parte detallé los inconvenientes científicos de este modelo de colaboración: La pericia informática no basta para abordar y solucionar los innumerables problemas de tratamiento que plantea un conjunto cultural y multidisciplinar de la envergadura de este archivo. A pesar de todos los problemas a los que la Fundación Ramón Menéndez Pidal se está enfrentando, la digitalización del "Archivo del Romancero Menéndez Pidal / Goyri" ha comenzado este año. Así se lo indique al Sr Blanco, a la vez que le remitía a los dos documentos que le había enviado el 20 de junio y a las direcciones de Internet donde podía ver ejemplos de nuestra digitalización documental y, asimismo, la edición literaria de una antología del Romancero Oral del siglo XX , abiertos a la utilización universal, sin restricciones de derechos de autor.  El Sr. Blanco, aun reconociendo la incompetente gestión informática de la Biblioteca Virtual Cervantes, me ponderó los contactos que al presente él tenía con las más solventes empresas de informática.
Nos despedimos cordialmente.

Diego Catalán
Presidente de la Fundación Ramón  Menéndez Pidal

Foto de David Seymour. Año 1937: una experta de la Junta Delegada del Tesoro Artístico cataloga un cuadro antes de almacenarlo. Archivo Digital Ramón Menéndez Pidal 

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