SONETO AL OLIVAR DE CHAMARTÍN DE GERALD WIDEMANN
Olivar centenario, tú creciste
cuando Goya pintaba a la Alba maja
y el gran Emperador de talla baja
se asomaba al Balcón en que naciste.
Ahora, en tu vejez, ya en cárcel triste,
tus dueños de ti tratan de hacer caja
y todos los demás raja que raja.
Solo estás en el mundo, mas ¡resiste!
Tu voz de siglos levanta con orgullo,
que el pueblo peatonal está contigo
harto ya de esos gordos tiburones.
¡No te podrán tener siempre en el trullo,
ni torres crecerán en tu ombligo,
si, en coro hacemos frente a los cabrones!
Gerald Widemann
Publicado en Gatopardo
0 comentarios